lunes, agosto 24, 2009

 

Mario


Se que este blog está más que muerto, se que no lo actualizo nunca y que los pocos que lo leíais habéis dejado de hacerlo, se que probablemente nadie lea esto... Pero aún así, se lo debo a él.

Ayer, dia 22 de Agosto de 2009 nació Mario, segundo hijo de Alicia y Nacho, primer hermano de Álvaro, mi tercer sobrino.

Qué puedo decir, miradle, es precioso. Con su carita redondita, con esos mofletillos, esa naricita, sus manitas, sus orejitas, todo él es perfecto, tan pequeño (o no tanto, 4'2 kilos), tan indefenso, tan puro.

Pero por encima de todas las cosas tan afortunado. Afortunado porque ha nacido en una familia genial, porque ha nacido en la clase de familia a la que a todos nos gustaría pertenecer. Con una madre que se desvive por sus hijos, que los ama por encima de todas las cosas, que no quiere que ni el viento los roce, porque no tiene derecho a hacerlo. Con un padre que adora a sus hijos, que puedes ver en sus ojos el cariño infinito cuando los mira, dispuesto a todo por ellos. Y con un hermanito que aunque no levanta un metro del suelo, ya es más cariñoso, más dulce (y más sinvergüenza) de lo que se pueda imaginar. Mario ha tenido suerte y nosotros tenemos el honor de tenerlo a él.

Hoy lo he tocado por primera vez, ayer no pude, no era el momento. Les tocaba a sus padres cogerlo, abrazarlo y disfrutar de él. Hoy ya lo he cogido en brazos un momento, aunque sólo haya sido para llevárselo a Alicia. Hay algo mágico en los bebés, algo que te hace querer ser mejor persona. Se habla mucho del momento en que un bebé te coge un dedo con su manita por primera vez, se usa como tópico en películas, series, libros... pero no es un tópico, es real.

Cuando un bebé te coge un dedo y lo aprieta algo cambia dentro de tí, sientes que esa personita te necesita, te necesita de verdad, sin egoísmo, sin hipocresía, con sinceridad plena. En ese momento necesita sentirte cerca y notas como todas las defensas que has creado durante toda tu vida para protegerte de los demás se desmoronan y sólo estáis él y tú, y lo arriesgarías todo por defender esa pureza.

Y por eso mismo hoy he ampliado la promesa que hice hace 18 meses cuando Álvaro sello ese pacto secreto cogiéndome el dedo con su manita. Lo daré todo por proteger a ambos, nunca les faltará nada si puedo evitarlo y siempre podrán contar conmigo para lo que necesiten. Siempre, pase lo que pase.

Gracias Alicia y Nacho, por dejarme ser parte en todo esto, por dejarme ser parte de vuestra familia, porque la sangre sólo no es suficiente, hay algo más. Un vínculo, una confianza y un cariño que me hacéis sentir cada día, muchas gracias por hacerme sentir parte de algo que es realmente importante. Estaré siempre en deuda con vosotros.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?